¿Sabías que las bolsas de vacío compostables son una opción sostenible y eficaz para conservar alimentos? Te lo contamos en este artículo.
El origen de este sistema "al vacío"
Someter los alimentos al vacío para alargar la vida útil de un producto es una técnica que desarrolló en el siglo XVII por Denis Papin a partir de una serie de experimentos, pero que no pudo ponerse en práctica hasta tres siglos más tarde.
Las bases de esta técnica trataba de extraer el oxígeno de un recipiente hermético en el que se ha introducido un alimento. No obstante, hubo que esperar hasta 1920 para ver los primeros cortes de carne conservados con esta técnica.
Envase contra el desperdicio alimentario
Las bolsas de vacío tienen la gran ventaja de servir para una variedad muy amplia de alimentos, sobre todo para carnes, embutidos, pescados o lácteos como el queso.
Es importante seguir las normas de higiene y manipulación a la hora de tratar cualquier alimento, y debemos asegurarnos de que estamos envasando productos frescos y en perfecto estado de conservación. Existen algunos microorganismos que crecen en entornos sin oxígeno, y el peligro reside en que no alteran las condiciones del alimento, de manera que la presencia de estos indeseados patógenos pasan desapercibidos.
Por lo demás, el proceso que hay que seguir consiste en lavar o desinfectar los alimentos de su carga bacteriana, y posteriormente, se introducen en las bolsas, a las que no se les añaden ni aditivos ni conservantes, pero sí gases como oxígeno, nitrógeno o dióxido de carbono para impedir la proliferación de bacterias y hongos propios del alimento y alargar así su preservación.
El frío y el envase, las claves de su conservación
Todos los alimentos se deterioran, y la causa es la presencia de microorganismos que necesitan oxígeno para vivir.
Se trata de extraer el aire del recipiente para reducir la oxidación y, así, el desarrollo de bacterias a causa de la falta de oxígeno, ya que a medida que éste se reduce, la capacidad de subsistencia de bacterias también se reduce. Posteriormente, el envase debe cerrarse herméticamente y mantenerlo en frío hasta su consumo.
El envasado hermético mantiene, además, la humedad, lo que hace que se prevenga la deshidratación, se evitan también las quemaduras que se producen en el congelador y ayuda a que mantengan el sabor, la textura y los nutrientes del alimento.
¿Cuáles son sus ventajas?
El envasado al vacío puede hasta triplicar la vida de algunos alimentos, por su eficacia y por la seguridad de esta técnica de conservación alimentaria.
- La frescura y el sabor de los alimentos es más estable, ya que no hay pérdidas.
- La oxidación provocada por el oxígeno es inexistente y, por tanto, la putrefacción de los alimentos es nula.
- Los tiempos de conservación de los alimentos son mucho más duraderos.
- Los microorganismos no proliferan ante la ausencia de oxígeno.
- Almacenamiento en perfectas condiciones para un uso posterior.
- Las carnes y pescados mantienen su firmeza y textura.
BIOVAC, las bolsas de vacío compostables y sostenibles
Ante la creciente demanda de productos ecológicos dentro del marco del Plan de Acción de la Producción Ecológica y del gran Pacto Verde Europeo, en Coverpan hemos apostado por buscar alternativas más sostenibles para contribuir en la reducción de envases plásticos no reciclables y no reutilizables.
En este contexto surge PackInGreen® y nacen las bolsas de vacío compostables BIOVAC. Bolsas de última generación con las que pretendemos unir dos conceptos tan importantes como son la sostenibilidad y la conservación de los alimentos.