El papel que marca tendencia en el mundo del envasado
Hoy en día, el término «bioplásticos» resuena constantemente en nuestras conversaciones, junto con referencias a plásticos biodegradables y compostables. Estos materiales han ganado popularidad en productos como envases, cápsulas de café y bolsas de frutas y verduras en supermercados. Pero, ¿realmente entendemos las diferencias entre estas categorías?
Los bioplásticos son materiales derivados de fuentes renovables y biodegradables, como carbohidratos complejos, proteínas, lípidos o aquellos creados mediante procesos biotecnológicos. Hay bioplásticos provenientes de fuentes renovables que no son biodegradables, así como bioplásticos de fuentes no renovables (como los fósiles) que sí presentan capacidad de biodegradación.
A pesar de estas distinciones, todos siguen siendo considerados plásticos, y no necesariamente son más ecológicos que los plásticos derivados de fuentes no renovables. La sostenibilidad ambiental de estos materiales depende del producto en el que se apliquen y cómo se utilicen. Es crucial comprender que, al final de su ciclo de vida, deben ser descartados de manera responsable en lugar de ser abandonados en la naturaleza. De hecho, un uso inadecuado de estos plásticos podría entorpecer el proceso de reciclaje de otros materiales. Te proporcionamos toda la información que necesitas a continuación. ¡Sigue leyendo!
¿Cuales son las diferencias?
En un inicio, para una comprensión más profunda de sus beneficios, resulta esencial familiarizarnos con la naturaleza de cada uno de estos elementos, así como con las particularidades que los distinguen de los demás tipos de plástico. La distinción primordial radica en su origen (la fuente de la que surgen) o en su manejo al final de su ciclo de vida (la manera en que se descartan y desintegran).
Bioplásticos o plásticos biobasados
En términos claros, los bioplásticos son aquellos plásticos derivados de fuentes vegetales y biomateriales renovables. Esto abarca recursos como el maíz, la fécula de patata, subproductos agrícolas e incluso microorganismos como algas, bacterias u hongos. Pero, ¿qué implica esto en realidad? La creación de bioplásticos involucra la conversión de estas sustancias biológicas en materias primas para la fabricación de un tipo particular de plástico. Por ejemplo, la caña de azúcar puede ser transformada en etileno de origen biológico, el cual a su vez puede ser convertido en polietileno, un plástico ampliamente utilizado.
Es esencial comprender que, a pesar de su origen biológico, los bioplásticos no difieren en su esencia de los plásticos convencionales y tampoco necesariamente son biodegradables. Por lo tanto, la correcta forma de desecharlos es crucial. Si estos materiales se emplean en la confección de envases, deben ser dispuestos en el cubo amarillo, tal como se haría con los plásticos tradicionales. Entre los ejemplos cotidianos de bioplásticos se encuentran los envases de alimentos frescos y muchas botellas de bebidas refrescantes.
Plásticos biodegradables
El carácter biodegradable de un plástico no implica necesariamente que sea de origen natural. En realidad, puede estar compuesto tanto por materiales de procedencia natural, como maíz o fécula de patata, como por recursos de origen fósil. Estos plásticos llevan este nombre porque tienen la capacidad de descomponerse en dióxido de carbono y agua, gracias a la acción de microorganismos presentes en su entorno. Un caso ejemplar de este tipo de plásticos sería el de las cápsulas de detergente utilizadas directamente en lavadoras o lavavajillas, así como su empleo en semilleros y maceteros.
Plástico compostable
Los plásticos compostables son, en última instancia, plásticos que, al concluir su utilidad, se descomponen y se transforman en compost orgánico a un ritmo similar al de otros materiales orgánicos, sin dejar residuos perjudiciales. No obstante, es fundamental comprender que esto no significa que puedan ser abandonados en la naturaleza. En verdad, es crucial tener en mente que estos plásticos son compostables bajo condiciones específicas de temperatura y humedad que se controlan en instalaciones de compostaje.
Estos plásticos pueden derivar tanto de materias primas renovables como de fuentes fósiles. Sin embargo, su estructura química posibilita su conversión en compost. Para garantizar su cualidad compostable, deben contar con indicadores visuales y cumplir con la Norma UNE-EN 13432. En caso de cumplir con esta característica, es importante notar que este tipo de plástico debe ser depositado en el contenedor de residuos orgánicos, sin necesidad de separarlo de los otros materiales orgánicos presentes. Ejemplos de tales materiales comprenden las bolsas para frutas (es importante destacar que no deben ser arrojadas en el contenedor amarillo, sino en el marrón), así como las bolsas para la disposición de desechos, las cápsulas y filtros de café compostables o ciertos utensilios de catering.