El desperdicio alimentario es un grave problema que acecha a nuestra sociedad, y los envases activos pueden ser parte de la solución. ¿Quieres saber cómo? ¡Te lo contamos!
La Comisión Europea y la FAO estiman que cada año se desaprovecha en el mundo 1/3 de la producción mundial de alimentos, de los que 89 millones de toneladas de comida en buen estado corresponden a la Unión Europea.
España genera un desperdicio de 7,7 millones de toneladas de alimentos al año.
El desperdicio medio por hogar (2,7 personas de media) es de 1,3 kg/semana o 76 kg/año, lo que equivale a alrededor de medio kg de alimentos por persona y semana. Así, los hogares españoles tiran en un año 1,5 millones de toneladas de alimentos que son válidos para el consumo.
Este desperdicio supone la pérdida de una gran cantidad de recursos y su reducción, podría suponer el ahorro de un 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Existen varios factores que provocan que los alimentos se pongan en mal estado de una forma más acelerada, pero, ¿sabías que hay envases activos que alargan la vida útil de muchos alimentos?
¿Cúal es la causa de esta aceleración?
El oxígeno es uno de los enemigos de alimentos como los aperitivos ya que acelera su enranciamiento.
En el caso de las frutas y las verduras, aparecen factores como las plagas de insectos, y además, al ser organismos vivos, las hortalizas son propensas a contaminaciones por hongos o microorganismos que puden proliferar y provocar alteraciones visibles en los alimentos.
Envases activos
Aunque todos sabemos que es especialmente importante cuidar las condiciones de almacenamiento en la cadena de distribución, existen alternativas que contribuyen a la reducción del desperdicio alimentario.
Los envases activos son un sistema de envase que interacciona con el alimento, de modo que “deliberadamente” incorpora componentes que pueden liberar o absorber sustancias hacia o desde el producto o la atmósfera que lo rodea.
Con esta interacción se consigue un incremento de la vida útil del alimento así como un aumento o mantenimiento de la seguridad y la calidad.
Incorporación de sustancias activas
Existen dos formas de incorporar las sustancias activas a los envases:
1. Sistema independiente: Etiquetas o sobres que se incorporan al envase
No están en contacto directo con el alimento
2. En el material del envase: Laminación o impresión del envase
La alternativa a los sistemas independientes es incorporar esas sustancias activas a los propios materiales de envasado.
- Extrusión
- Recubrimiento: impresión o laminación
Tipos de sustancias activas
Dentro de las sustancias activas hay dos tipos y se clasifican en función de su origen.
- Sintéticas
- Naturales: como el betacaroteno o extractos de plantas
Tipos de envases activos
En función de lo que la causa que acelere el proceso de puesta en mal estado de un alimento, podemos definir dos tipos de sistemas:
- Sistemas absorbedores: retirar sustancias perjudiciales como el oxígeno de alimentos sensibles a la oxidación; o de etileno, que acelera la oxidación de frutas u hortalizas
- Sistemas liberadores: antioxidantes, antimicrobianas.
Itene, el Instituto Tecnológico del Embalaje, está trabajando en el proyecto FOOD reduwaste que busca el desarrollo de sistemas de envases activos con el objetivo de contribuir a la reducción del desperdicio alimentario.
Para ampliar la información sobre estos nuevas soluciones que están por llegar, contacte con nosotros.