Con una facturaciónde 4.779 M€, que crece un 8,6% y procede en un 56% de las exportaciones, la bioindustria circular de la celulosa y el papel ha invertido en 2018 en incrementos de capacidad y en innovación y renovación tecnológica 471 M€. La producción total de papel desciende el 1%; pero mientras los papeles para envases, higiénicos y especiales crecen en porcentajes que van del 7% al 2%, y los papeles gráficos caen el 16%. La producción de celulosa en 2018 crece un 0,8%. Con 70 fábricas de papel y 10 de celulosa, el sector cerró el año pasado con una plantilla de 16.595 empleados directos (un 1,9% más), con un 89% de contratos indefinidos.
Estos son los datos más relevantes extraídos del Informe Estadístico Anual del Sector Papelero, presentado ayer 25 de junio por la Asociación española de fabricantes de pasta, papel y cartón (Aspapel). “El fuerte ritmo inversor de los últimos años es la prueba de nuestra apuesta por el futuro del sector como paradigma que somos de bioeconomía circular”, explicó Jordi Mercader, presidente de Aspapel, que presentó el Informe junto con la vicepresidenta Elisabet Alier y el director general Carlos Reinoso.
En 2018, la producción de papel en España descendió en 61.000 t, el 1,0% del total, hasta quedar situada en cerca de 6,16 Mt, con un comportamiento muy diferente de las diversas familias de papeles. Así, la producción de papeles gráficos (papel prensa y papeles para impresión y escritura) desciende un 16,2%. El resto de los papeles incrementan su producción en porcentajes que van del 7,1% del cartón estucado o el 6,0% de otros envases y embalajes (donde se incluyen bolsas, sacos, tubos, celulosa moldeada, etc.), al 2,1% del los papeles para cartón ondulado y el 2,0% de los papeles higiénicos y sanitarios y los papeles especiales. Hay que reseñar que la producción de papeles para cartón ondulado supera por primera vez los 3 Mt (hasta los 3,026 Mt), que marca un nuevo máximo histórico y supone el 49% de la producción total. En valor, la facturación de la industria papelera española alcanzó los 4.779 M€, un 8,6% más. Por su parte, la producción de celulosa en 2018 crece un 0,8% hasta 1,7 Mt.
Por lo que respecta al consumo, éste aumentó el 1,9% hasta los 6,93 Mt, encadenando así cinco años consecutivos de crecimiento. El comportamiento de los diferentes tipos de papeles es un año más muy asimétrico. Mientras los distintos tipos de papeles para embalajes siguen marcando récords históricos muy por encima de los niveles precrisis, los papeles gráficos (prensa e impresión y escritura) ven caer su consumo un 7,9% con respecto al año anterior. El consumo de papeles para cartón ondulado crece el 4,3% y supera los 3,25 Mt. El cartón estucado incrementa su consumo el 7,4% superando las 770.000 t. Y el mayor crecimiento (11,6%) lo registran otros papeles para envases y embalajes (bolsas, sacos, tubos, celulosa moldeada…) que se sitúan en 499.000 t consumidas, según datos de Aspapel.
En el primer trimestre de 2019, se aprecian incrementos en la producción de papel y celulosa del 7,7% y 6,2%, respectivamente. Por tipos de papel la pauta de los últimos años se mantiene, con caída de los papeles gráficos, si bien mucho menor que en el pasado ejercicio, e incrementos en el resto de papeles muy por encima de los alcanzados en 2018. Estos incrementos no se corresponden con el comportamiento del consumo en ese primer trimestre, que ha sido un tanto errático y subió solo un 1,1% en su conjunto.
Inversiones en bioeconomía circular
En los cuatro últimos años el sector papelero ha destinado 1.366 M€ a incrementos de capacidad y en innovación y renovación tecnológica, inversiones dirigidas fundamentalmente hacia productos con demanda creciente como los papeles para embalajes y papeles de mayor valor añadido como losespeciales.
En 2018, las inversiones, con un incremento del 21% sobre el año anterior, ascienden a 471 M€, lo que equivale a un 9,9% de la facturación. Este gran esfuerzo inversor de la industria papelera española, se desarrolla paralelamente al proceso de sustitución de materiales que está protagonizando el papel por su carácter renovable, reciclable y biodegradable, que lo posiciona como uno de los materiales del futuro. El fuerte ciclo inversor iniciado en 2015 se prolonga con unas inversiones previstas para 2019 de 435 M€ adicionales.
El sector papelero se caracteriza por su proceso continuo de renovación tecnológica, lo que requiere una plantilla de empleados cualificados y estables. Actualmente el 89% de los 16.595 empleados que componen la plantilla del sector corresponde a empleados con contratos indefinidos. El índice de rotación es muy bajo: uno de cada tres lleva más de 20 años en la empresa y tres de cada cinco tienen más de 10 años de antigüedad.
El 4,5% del PIB español
El sector tiene además un importante efecto multiplicador como motor de una potente cadena de valor, cuya aportación global (directa + indirecta + inducida) a la economía española en términos de creación de empleo y riqueza asciende al 4,5% del PIB y al 18,5% del empleo industrial. Asimismo, la cadena de valor del papel supone el 8,8% de la facturación de toda la industria y el 13,2% de su valor añadido, generando por lo tanto un valor añadido muy superior a la media de la industria española.
Partiendo de una materia prima local, señala Aspapel, la cadena incluye desde las plantaciones de madera para papel, pasando por la fabricación de celulosa y papel y los diferentes tipos de industrias y servicios sectoriales (industrias transformadoras, publicidad y marketing directo, impresores, editores), hasta la logística de entrega (servicios postales y de correos), cerrando el ciclo con la recuperación de los residuos de papel y cartón y su vuelta a las fábricas papeleras.
FUENTE: ALIMARKET